Ruta de Santa Teresa

 

Esta es la tercera ruta y la vamos a empezar por el Centro de Interpretación del Misticismo, que según su presentación es “un compendio de la mística universal y una obra de arte de rasgos igualmente místicos” y cuyo interior podéis ver en la siguiente web www.avilamistica.es/interpretacion/ (es más grande de lo que parece).

Después, pasando por debajo del arco de la Santa, iremos al Convento de La Santa, levantado en el lugar de nacimiento de Santa Teresa, en el que puedes ver tanto la iglesia como el museo en donde se muestran las diferentes etapas de la vida de la Santa.

Terminada la visita, y a menos de cinco minutos, nos dirigimos al lugar en donde fue bautizada, la Iglesia de San Juan, que conserva la pila bautismal. En ese trayecto, junto al Torreón de los Guzmanes, se puede contemplar la imagen de San Juan con la leyenda “Mil gracias derramando,/ pasó por estos sotos con presura,/ y yéndoles mirando,/ con sola su figura/ vestidos los dejó de su hermosura”.

 

Iglesia de La Santa Figura de san Juan y versos Iglesia de San Juan

 

Ahora toca descansar un poco, y para ello, podemos acudir a la Plaza del Mercado Chico, dar un paseo entre los soportales, y aprovechar para tomar unos aperitivos o comprar unas Yemas de Santa Teresa en la pastelería (cuidado con el nivel de azúcar en sangre).

Reanudamos la visita, y ahora nos vamos hacia el Convento de Nuestra Señora de Gracia, lugar en el que Santa Teresa ingresó como alumna a los 16 años (por determinación de su padre), donde permaneció bajo la tutela de sor María de Briceño, quien influyó mucho en la vocación de la Santa.

Tras esta visita, y después de andar un poquito, nos dirigiremos hacia el Convento de San José, también llamado De Las Madres, que fue su primera fundación de carmelitas descalzas, donde comenzó la reforma del Carmelo. Posee un museo en el que poder ver la reproducción de su celda junto a diversos objetos personales.

 

Convento de Nuestra Señora de Gracia  Convento de San José o de Las Madres

 

¿Cansad@s ya? Pues podemos recuperar fuerzas a medio minuto, en la Cervecería La Barraca, con una tabla de patatas.

Como último lugar que ver, he dejado a La Encarnación, pues para este trayecto se necesita medio de transporte, ya que se encuentra un pelín alejado del resto de monumentos que hemos estado viendo (bueno, andando a "paso ligero", estamos en quince minutos, veinte o treinta si vamos paseando y no queremos tener que coger el coche).

El Monasterio de La Encarnación, construido sobre un antiguo osario judío, fue el que acogió a la Santa como novicia del Carmelo Calzado y donde permaneció durante 27 hasta que se marchó para la construcción de su primera fundación, San José, que ya hemos visto.

La imagen que os dejo, está tomada desde San Vicente, para que veáis que tampoco está tan lejos y podéis callejear un poquito.

La Encarnación al fonto, vista desde San Vicente