Ruta del Románico

 

Esta ruta tiene menor cantidad de monumentos que la que acabamos de ver, pero te va a tocar andar un poquito más (merecerá la pena, ya verás).

Empezaremos por la Iglesia de San Andrés, que según la tradición, fue construida por canteros leoneses que, como participantes en la construcción de la Muralla se instalaron en Ávila. Puedes disfrutar de su magnífico exterior, y si tienes la suerte de acercarte cuando se está celebrando una boda, tendrás la fortuna de ver su interior, ya que actualmente se encuentra cerrada al público (a excepción de las bodas) pues está “retirada” del culto y adscrita como hermana menor de la Iglesia de San Vicente, siguiente iglesia que vamos a ver, y para la cual tendremos que andar unos minutillos (solo unos pocos) y la “cuesta” merece la pena.

Según tradición, la Iglesia de San Vicente fue construida tras el martirio sufrido por los hermanos Vicente, Sabina y Cristeta; el judío que ordenó dicho martirio, al tratar de profanar los cuerpos de los tres hermanos, sufrió a su vez la mordedura de usa serpiente, muerte de la que se salva y, arrepentido, construye un templo.

 

Iglesia de San Andrés  Iglesia de San Vicente

 

Si ya nos ha entrado hambre, podemos parar en el Telepizza, que está frente a la iglesia, y si nos desviamos medio minuto, podemos acercarnos al Humilladero, donde se conserva el Santísimo Cristo de los Ajusticiados y la Santa Cruz.

Poniéndonos en marcha de nuevo, nos dirigiremos a Santo Tomé el Viejo, convertido actualmente en almacén del Museo de Ávila (el Palacio de los Deanes, de la Ruta de los Palacios), y donde puedes ver expuestos diferentes verracos entre otras muchas piezas.

 

Humilladero (Santísimo Cristo de los Ajusticiados y de la Santa Cruz)  Santo Tomé el Viejo (Museo)

 

Ya queda poco para terminar el primer recorrido. A unos minutillos, nos encontramos con la Iglesia de San Pedro, en la Plaza del Mercado Grande, frente a la puerta del Alcázar. Se la considera “hermana” y “rival” de la Iglesia de San Vicente, ya que poseen inicios de construcción similares. San Pedro, se encuentra rodeado de un pequeño murete adornado con jarrones en los que se apoyan las figuras de unos leones, en el que podrás sentarte para disfrutar de las vistas, y descansar un poco las piernas, y si ya se ha hecho la hora de comer o de ir de picoteo, dispones de restaurante de comida rápida (en este caso el Burger King), o de tres platos o tapas, como el restaurante Barbacana.

 

Iglesia de San Pedro (Plaza del Grande)

 

Ahora comenzamos con el segundo asalto, en este caso empezaremos por la Iglesia de San Esteban, única de las iglesias románicas que se encuentra intramuros, y que seguramente se levantó sobre otra iglesia visigótica. Para continuar el camino, podemos bajar por la calle Vallespín, y al salir de la muralla y cruzar la carretera (cuidado con el tráfico), llegaremos a la Ermita de San Segundo, que se abre de par en par el todos los 2 de mayo, pues es el día en que se celebra la festividad de San Segundo.

Desde aquí, se puede hacer el último tramo del recorrido, que aunque parezca largo, no lo es tanto (en Ávila todo está cerca), y para llegar a la Iglesia de San Nicolás, por el camino se puede ver donde estaba la antigua Fábrica de Harina, único vestigio industrial de la capital, que sufrió un incendio justo el día en que se había decidido declararle Bien de Interés Cultural o el único verraco falso de toda la capital y provincia, que se encuentra presidiendo una pequeña rotonda. Ese trayecto, de no más de diez-quince minutos, nos lleva hasta nuestro destino, la Iglesia de San Nicolás, que fue una parroquia importante en el barrio de los labradores abulenses y en cuyas cercanías hubo un cementerio musulmán.

Bueno, terminado ya estos dos trayectos, y para un buen final, si andas un par de minutos más, te puedes acercar hasta el Bar El Moro, donde te recomiendo el pan tumaca.

 

Iglesia de San Esteban  Iglesia de San Nicolás